La película “El milagro de Anne Sulivan” está basada en
hechos reales, y cuenta la historia de Hellen Keller, una niña que por culpa de
una grave enfermedad se queda sorda y ciega con tan solo 18 meses de edad. Esto provocó en sus padres una gran
desesperación y tristeza, ya que la niña no respondía a ningún tipo de estímulo
visual ni sonoro.
Debido a la imposibilidad de comunicarse con ella, sus
padres la criaron de forma inadecuada, sin ningún tipo de normas, sobreprotegiéndola
y consintiéndola por compasión hacia ella. Lejos de ayudarla, esto la llevó a portarse de forma “salvaje” (por ejemplo guiándose por el olfato y el tacto y teniendo constantes rabietas, llegando incluso a darle una bofetada a su madre).
Poco a poco, sus padres empezaron a desesperarse, planteándose incluso ingresarla en un centro para deficientes mentales. Pero, gracias a la insistencia de su madre, que sabía que su hija era una niña inteligente como cualquier otra, decidieron contratar a una institutriz: Anne Sulivan. Ella también había tenido problemas de vista en su infancia, lo que la hace comprender mejor a Hannah, utilizando además con ella métodos que ya conocía por propia experiencia.
Poco a poco, sus padres empezaron a desesperarse, planteándose incluso ingresarla en un centro para deficientes mentales. Pero, gracias a la insistencia de su madre, que sabía que su hija era una niña inteligente como cualquier otra, decidieron contratar a una institutriz: Anne Sulivan. Ella también había tenido problemas de vista en su infancia, lo que la hace comprender mejor a Hannah, utilizando además con ella métodos que ya conocía por propia experiencia.
En un principio, a Anne Sulivan le es bastante difícil
conseguir llevar a cabo su labor, ya que los padres de Hanna se metían en medio constantemente (por ejemplo en la escena de la comida, en la que Anne trata de hacer que se siente y se comporte de forma adecuada, pero los padres la dejan hacer lo que quiere para que no moleste) y ponían en duda todo lo que hacía. Entonces, les pide llevarse a la niña a una casa que tenían vacía no
muy lejos, en donde se encontrarían a solas Anne y la pequeña.
Tras esto, la institutriz fue encontrando poco a poco las
estrategias necesarias para conseguir una mejoría en la pequeña. Era una tarea difícil, y más teniendo en cuenta el rechazo de Hannah hacia la institutriz y sus constantes rabietas. Pero, poco a poco, fue logrando pequeños avances. Primero, venciendo su agresividad con fuerza y paciencia y también enseñándole el
alfabeto manual, poniéndole en contacto con objetos y deletreando en su mano
las palabras que los representan.
Al principio, para Hannah esto no tenía sentido pero un buen día, ya de vuelta en casa, consigue comprender su primera palabra: “agua”.
A partir de ahí, se da cuenta de que todo tenía un sentido, de que las cosas tenían un nombre. Se trata de un primer paso en el aprendizaje del lenguaje complejo.
De este modo, la película nos muestra la importancia de la comunicación y del lenguaje para lograr comprender el mundo que nos rodea. Sin ella, Hannah se habría quedado estancada siendo una niña salvaje, probablemente no habría conseguido ningún logro, e incluso habría acabado encerrada en un manicomio, considerada una loca. Sin embargo, gracias a conseguir comunicarse y entender poco a poco el mundo, consigue comportarse como una persona normal, alcanzando grandes logros aunque fuese lentamente.
Además, la película muestra desde mi punto de vista la importancia de la insistencia y la constancia, así como de la esperanza a la hora de lograr nuestros objetivos por muy difíciles e inalcanzables que parezcan. Sin la insistencia de Anna, y su confianza en que Hannah sería capaz de comprender todo lo que intentaba enseñarle, o sin su perseverancia (a pesar de que había momentos en los que se había desesperado y había pensado en tirarlo todo por la borda), la niña probablemente habría pasado el resto de su vida desorientada en un mundo que no comprendía. También se observa la importancia de la disciplina de la institutriz, en contraposición con el comportamiento de los padres, que confundiendo el amor con la compasión, eran incapaces de enfrentarse a las rabietas de la niña y le permitían hacer cualquier cosa sin ponerle límites ni ningún tipo de normas.
Al principio, para Hannah esto no tenía sentido pero un buen día, ya de vuelta en casa, consigue comprender su primera palabra: “agua”.
A partir de ahí, se da cuenta de que todo tenía un sentido, de que las cosas tenían un nombre. Se trata de un primer paso en el aprendizaje del lenguaje complejo.
De este modo, la película nos muestra la importancia de la comunicación y del lenguaje para lograr comprender el mundo que nos rodea. Sin ella, Hannah se habría quedado estancada siendo una niña salvaje, probablemente no habría conseguido ningún logro, e incluso habría acabado encerrada en un manicomio, considerada una loca. Sin embargo, gracias a conseguir comunicarse y entender poco a poco el mundo, consigue comportarse como una persona normal, alcanzando grandes logros aunque fuese lentamente.
Además, la película muestra desde mi punto de vista la importancia de la insistencia y la constancia, así como de la esperanza a la hora de lograr nuestros objetivos por muy difíciles e inalcanzables que parezcan. Sin la insistencia de Anna, y su confianza en que Hannah sería capaz de comprender todo lo que intentaba enseñarle, o sin su perseverancia (a pesar de que había momentos en los que se había desesperado y había pensado en tirarlo todo por la borda), la niña probablemente habría pasado el resto de su vida desorientada en un mundo que no comprendía. También se observa la importancia de la disciplina de la institutriz, en contraposición con el comportamiento de los padres, que confundiendo el amor con la compasión, eran incapaces de enfrentarse a las rabietas de la niña y le permitían hacer cualquier cosa sin ponerle límites ni ningún tipo de normas.
Bibliografía:
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