La familia Keller, una familia adinerada de Estados Unidos son la familia de nuestra protagonista, Helen. Ésta tras una gran enfermedad que sufrió de pequeña altas se queda sorda y ciega. Al ver que Helen no respondía a ningún estímulo, ni visual ni sonoro, provocó en los padres una notable desesperación y tristeza.
A la familia tras estos acontecimientos les resulta complejo llevar a cabo una educación idónea para su hija y además la sobre protegen y sienten compasión por ella, lo que va a llevar a una situación de diversos conflictos. Además, teniendo en cuenta la época, para una familia como esta era motivo de vergüenza esta realidad.
Tras el desequilibrio que había con Helen, contratan a una institutriz para la niña como último recurso antes de meterla en un centro.
La institutriz es Anna Sullivan, que de pequeña también había tenido problemas de vista pero tras diversas intervenciones quirúrgicas consiguió poder ver. Esta circunstancia hace que el padre de Helen , el capitán Keller, tenga muchos prejuicios hacia ella y su problema visual, creyendo que no seria capaz de conseguir nada con su hija.
Anna se instala en la casa y poco a poco intenta trabajar con Helen aunque le es tarea difícil. Comprende que uno de los mayores problemas de la niña es el consentimiento que recibía por parte de sus padres.
Entonces tras ver que si seguía en la casa con los padres no obtendría resultados, se va a una casa pequeña que tenia la familia para poder enseñar y trabajar con Helen sin la vigilancia de los padres. Aquí es donde mejor estuvo con Helen y donde consiguió que su trabajo diera sus frutos.
Al final, Helen vuelve a casa y por ello hacen una comida de bienvenida. Tras varios conflictos que suceden cuando están en la mesa, Anna se lleva a Helen a la fuente que está fuera de la casa y la niña allí consigue entender la palabra agua. La alegría de la institutriz es inmensa y le pide a Helen que deletree todo lo que toca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario